miércoles, 13 de diciembre de 2006

Soy lector de comics ¡Y que!

Parece ser que desde un tiempo a esta parte, el comic (o tebeo) es cada vez más apreciado como elemento cultural y como medio de expresión de ideas y sentimientos. A ello han contribuido los premios que han conseguido algunas publicaciones (por ejemplo Maus) y la aparición en medios de comunicación, en especial en periódicos, de artículos sobre el mundillo y colecciones de comics junto con la venta del periódico. Pero este auge del comic no existía antes. Antes éramos aún más gueto que ahora.

Me acuerdo cuando empecé a leer comics. De niño me los compraba mi padre. Me los solía comprar cuando me ponía enfermo. Así poco a poco fui descubriendo este mundillo. Mis primeros comics (o tebeos) fueron Mortadelo y Filemón, Superlopez, La Masa, La Patrulla-X,… Más tarde cuando era un preadolescente, empecé a comprar yo los comics. En esa época compraba Spiderman (la saga del traje alienígena), Secret Wars,…Leía esos comics y a todo el mundo le parecía normal. En la adolescencia perdí mi afición a los comics (por lo menos a comprarlos) y me dediqué a salir con los amigos. De vez en cuando mi padre me regalaba alguno. Entre esos comics regalados estaban los de Valerian (que actualmente edita Norma). Como ese tipo de comics era como más adulto (menos infantil), también a todo el mundo le parecía bien.

¿Pero qué pasa cuando llegas a la Uni y sigues comprando comics? Aquí suele empezar el calvario. Primero suele empezar en casa, que son los que conocen tu afición. En ese momento tienes que aguantar: pero hombre ¿no eres un poco mayor para leer este tipo de cosas? A lo que contestas que es lo que te gusta y que te dejen tranquilo con tu afición. ¿y con tus amigos? Ellos piensan en un principio que tu afición a los comics la perdiste hace tiempo. Pero en algún momento descubren que sigues comprando comics. En este caso, la pregunta suele ser más bien…¿Y que tipo de comics compras? Porque si es comic europeo (western, ciencia ficción,…) no pasa nada, pero si compras comic de superhéroes, la cara que ponen es de antología. Y es aquí cuando te entran las dudas. Porque si te lo dicen en casa, puede pasar, pero si te lo dice un amigo… Piensas que igual lo mejor es que la gente no lo sepa y disfrutar de tu afición tú solo.

Hasta que llega el día que dices ¿pero porqué voy a esconder mi afición? Sales del armario y hablas de ello con todo el mundo como si fuera algo normal. En ese momento, es cuando descubres que mucha más gente, amigos incluidos, les gustan los comics, aunque no son tan coleccionistas como tu. ¿y que haces con tu novia? Pues ahí no puedes y no debes esconder nada. Con lo que decides que ella también se adentre en este mundillo y la empiezas a dejar comics. En mi caso, a mi novia, actual mujer, le dejé comics como Bone, Watchmen, Midnigth Nation,… y en general la gustaron. La gente ya conoce mi armario de baldas hecho a medida (1,80 m x 2,40 m) llena de comics y además alardeo de ello.

Ahora los tiempos son más benignos y es más normal que la gente lea comics. Más bien, han aparecido comics que han sido recomendados en periódicos y han desaparecido de las estanterías de las librerías (esto contado por el encargado de mi librería). Pero hubo un tiempo en que el lado tenebroso de la fuerza se había apoderado del mundo, y ser lector de comics era ser un bicho raro.

2 comentarios:

Pablo G. Naranjo dijo...

Querido doctor, acabas de radiografiar mi experiencia vital. Aún me encuentro con gente que pone caras raras pero, ya, me da igual. Un saludo, desde el lado marvelita de la vida

Red Sparrow dijo...

Es lo que tiene un doctor. Nos dedicamos a hacer diagnosticos de lo que le pasa a la gente.

De todas formas, esto demuestra que no somos los únicos a los que nos pasa esto. Con lo que no debemos de ser tan raros.